la ruta, el poema así cuando desciende mira aquel lago es un paseo para detenerse y cargar con los dedos la piedra en su estancada lumbre así da vuelta en aullido escucha: del pecho al oído del seno a la boca así lento agujero la sierra un paisaje que no cede que se extiende infinito y luego ríe cruje al sentir escondite lastra firmeza encogida así se dibuja hacia adentro la ruta, el poema un atardecer quemadura pierde entre tanto solemne en medio de la tierra así espera discurso y no llega un pasaje una rima un lugar para estar manchado el tiempo no hay planicie desierta que no sea un poema.
son palabras las que dicen que estamos aquí despiertos mansos trazando constelaciones limítrofes márgenes corpóreos para evitarnos caer disgregados contingentes son las huellas que impregnan la cornisa el azar que estampida trae le diría que es más sueño que espera más umbral que paisaje más pupa que alas más atrás de adelante es la noche serena sobre un cuerpo cañaveral descampado ausencia delineada en el rostro que mira una niña en espesura desierta caliente todavía el corazón delator latiendo todavía en la arboleda.
Con los ojos abiertos El impacto es más doloroso con los ojos abiertos pero desaparece en un momento Es incómodo mas si sabes sobrellevar la incomodidad puedes apreciar los colores de la luz, el arcoíris cuando se refleja en el agua. El impacto es más fuerte, por eso quienes quieren verlo todo saberlo todo sentirlo todo, saltan con los ojos abiertos.
En la mitad de la noche hay que encontrarla parar los pies sobre la carretera disponer la guía sobre el talón hay que llamarla a mirar la línea divisoria portal acuartelado que espera y no marca hay que escucharla devorándose el sonido guardarlo atrás de los tímpanos hay que dejarla pasar a la tristeza, la clara hay que sentirla entre las horas parar a medias y dar cuerda otra vez, una más otra más
Arte de magia Es un proceso lento en el que vas dejándote las partes por los rincones en las esquinas de tu casa detrás de las puertas debajo de la almohada Es un proceso largo que se percibe cuando se caen los retazos al tropezar al resbalar en los recuerdos en una voz que se parece al tiempo Es un proceso lejano porque no puedes reconocerte porque no puedes imaginarte porque no puedes entonces desapareces
Enero viene dos veces el calor se ha descompuesto y mi sudor se ha mezclado con esta noche de enero al menos todavía revivo lo que dejan los callos los helechos de las manos que crecen las plantas de los pies que se envuelven al menos todavía revisto de láminas alguna que otra mañana acampanada para las luciérnagas de hojaldre que vienen dos veces a beber a abrir su boca a echar la espalda al menos todavía creo lo que dejan la bruma y la lluvia, sigilosas enteras que marchitan hacia adentro y me doblegan el calor se ha descompuesto ayer cuando dejamos la barriga al sol al menos es otra noche de enero y la tierra borbotea sal e incendia tu cuerpo.
*Los seis poemas forman parte del libro llana estepa la noche (Llamarada Verde,2022), de Mariana Ríos Urquidi.
Mariana Es poeta, narradora y docente universitaria. Ha publicado el libro de poemas llana estepa la noche (Llamarada verde, 2022), su cuento Morpho fue elegido y publicado en la sección de ficción de la Revista Temporales del programa de escritura creativa en español de la Universidad de Nueva York. Es editora en la Editorial Mantis, dirigida por las escritoras Magela Baudoin y Giovanna Rivero. Forma parte del Taller “Llamarada Verde”, dirigido por el poeta Gabriel Chávez Casazola. Cursó el Diplomado en Escritura Creativa de la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra (UPSA) y la maestría en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en la Universidad de Barcelona. Publica artículos y reseñas de cine en distintos medios de Bolivia.
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